miércoles, 12 de mayo de 2010

La uña.

  La mugre pegada a la uña. Las manchitas blancas en la superficie de la uña. El pellejo un tanto alzado que pega al dedo con la uña. Las diminutas gotitas de sangre que manchan el añillo de compromiso postrado debajo de los nudillos apenas doblados y quietos del dedo que sostiene con su pellejo la uña. El dorso de la mano ensangrentado del cual nace el dedo anillado que con  mugre acumulada en la uña sostiene adherido un pelo púbico. El chorro de sangre que escurre desde la muñeca y encharca el piso entintando la palma de la mano que guarda entre su uña un pelo púbico arrancado sin el permiso de la dueña. El machete que separa al brazo atado a la silla de la mano que escurre por la muñeca sangre que mancha la yema del dedo anular que sostiene entre uña y carne el pelo púbico tomado sin permiso de la entrepierna de la chica de piel amoratada que alza de nuevo el machete y lo deja caer sobre la garganta de un hombre que grita y gime después de haber perdido la mano con la  que exploró el sexo de la chica por la que acaba de perder la cabeza.

4 comentarios:

  1. Muy bien Rodrigo, se nota muy trabajado, un estilo diferente de tus demas microrrelatos. De los mejores que tienes.

    Saludos

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  2. Vengo del vendaval de micros y veo que Baizabal ya se pasea por aquí. He leído algo bueno. Me gustó en este micro el ritmo, la estructura, la forma de avanzar retrocediendo. Con un final menos evidente, sería demoledor. Sigo de paseo por aquí.

    Un saludo.

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