El cazador se volvió presa. La bestia que devoró su carne a besos, para evitar la amargura de sabor culposo, antes de tragarse el último bocado, decidió escupir el corazón.
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Pequeñeces y miniaturas literarias.
Aunque sea para evitar el sabor culposo, devoró su carne a besos suena genial.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Saludos